El suicidio de un emigrante rumano pone en marcha la recreación de un mundo que se nutre de realidad y leyenda a partes iguales, de recuerdos y mentiras.
Un famoso cómico de la televisión, un vendedor de pianos muerto en extrañas circunstancias, un próspero abogado obsesionado por dos hermanas coreanas, la muerte de un gángster en los años treinta, tiburones en el Hudson y dos torres que se hunden. Un paisaje que se parece mucho a Manhattan pero que es, sin duda, otra cosa.
Con una sabia mezcla de humor y desolación, Loriga despliega el mapa de una ciudad hecha de cemento y literatura.
El hombre que inventó Manhattan presenta una mirada original de Nueva York en la que el hechizo de escritores, gángsteres y showmans planea sobre las historias de un heterogéneo grupo de personajes.