Argumento de El Hombre, la Razón y el Instinto
Siempre se ha dicho que el hombre es un animal racional, aunque nadie se haya atrevido a decir cuánto tiene de uno y cuánto de otro. No obstante, los avances de la psiquiatría moderna permiten acercarnos hoy a este problema con mayor garantía que antes.
¡Ya es mucho que el sentir popular haya empezado a reconocer que la razón no lo es todo en la vida del hombre! Que no es tanto como se pensaba, en todo caso. Al mismo tiempo que acepta, cada día más, que el instinto, el denostado y temido instinto del hombre, juega un papel primordial en la condición humana.
Por el contrario, la razón, si bien no ha perdido su especial predicamento, cada vez más se contempla con cierto recelo. Hay personas inteligentes y agresivas que alcanzan sus objetivos cueste lo que cueste. Las hay frías y calculadoras que aparentemente triunfan en una sociedad como la nuestra. Pero ni por unas ni por otras apostaríamos un céntimo a la hora de escogerles como socios, y menos para compartir su vida. Probablemente ?pensamos? son menos equilibrados y felices de lo que aparentan.
El secreto de la felicidad radica en la afectividad. En esa facultad que está ahí, moderando nuestras pasiones pero sirviéndose de ellas, conduciendo nuestro corazón, pero dejándolo libre para que siga su misterioso camino. Camino personal y único, inspirado por el instinto, que no es tan ciego ni tan irracional como pensarán algunos.0