El tercer libro de la serie La Hermandad de la Espada
Lochlan MacAllister había nacido para ser un líder. Criado entre la implacabilidad para tomar las riendas de su clan, ha dado toda su vida por su gente. Pero cuando se entera de que el hermano que creía muerto, todavía sigue vivo, se embarca en una búsqueda tras la verdad.
Catarina quiere vivir en libertad. Pero ahora su padre, y alteza real, quiere utilizarla como moneda de cambio para asegurar un tratado en el que se ven implicadas tierras aledañas conflictivas. Tanto es así que incluso está dispuesto a secuestrar a su propia hija para acelerar la negociación. Sin embargo, cuando ella logra escapar, el destino la arroja al mismo sendero que el hombre al que odia.
Lochlan se queda atónito cuando se topa con la fiera Cat en manos de unos desconocidos. Incapaz de soportar el sufrimiento de la joven, la libera, sólo para descubrir que ella tiene sus propios demonios contra los que luchar. Cuando sus sinos se entrecruzan, descubren que son dos personas desconfiadas que tendrán que confiar la una en la otra; además de dos enemigos que se han declarado su mutuo odio y que tendrán que afiliarse para seguir un mismo camino, o sino sus vidas se verán abocadas al desastre.