El libro contiene diez trabajos sobre el pasado del Norte de México, inmenso territorio de límites imprecisos que incluye varios sistemas geográficos y culturales, cuyas fronteras se expanden y contraen en virtud de la evolución histórica y los enfoques académicos, que implican la presencia constante de cambios interpretativos. En este enorme teatro se produjeron múltiples procesos y encuentros entre culturas, para cuyo estudio se han reunido diez especialistas de varias disciplinas y de diferentes universos académicos. En la actualidad, una historiografía renovada dibuja un Norte complejo, de fronteras móviles, con pueblos indios que se mueven, mezclan y retan a los reales mineros, ranchos y poblaciones hispanas. Los estudios, donde se impone la interdisciplinariedad, apuestan por unos indígenas que supieron adaptarse, resistir y negociar las imposiciones de un cambio cultural extraño, del que lograron extraer algunos elementos, prácticas y estrategias. Los contactos entre los españoles y los indios, como demuestran algunos de los ensayos que forman parte de este libro, están preñados de situaciones y posturas muy diversas, que desmienten tanto los discursos positivos como los negativos. Superando obsoletos mitos historiográficos, el libro busca impulsar la reflexión histórica sobre el gran espacio conocido por los aztecas como el chichimecatlalli y por los españoles como las provincias norteñas o el Septentrión.