Argumento de El Fuego Interno
El autor relata que en los últimos quince años ha estado escribiendo sobre las experiencias de ser un aprendiz de la Toltequidad, el antiquísimo conocimiento que se dividía en tres partes: el estar consciente de ser, el acecho y el intento. Aclara que él y sus compañeros no son brujos sino "videntes" y que la obra tratará sobre la maestría del estar consciente. Menciona, a su vez, que ellos pertenecen a un nuevo ciclo de la Toltequidad y que son "guerreros de la libertad total" que buscan cumplir, escrupulosa e impecablemente, todas las complejas prácticas que requieren de disciplina y un tremendo esfuerzo y que, si logran culminarla, se consumen con un fuego interno que les hace desaparecer de este mundo, libres y sin dejar huella alguna. "No me enseñaban brujería, ni encantamientos, me enseñaban las tres partes de un antiquísimo conocimiento que poseían; ellos llamaban a esas tres partes el estar consciente de ser, el acecho y el intento. Y no eran brujos; eran videntes. Y don Juan no sólo era vidente sino que también era un nagual...Entendí que ser vidente era la capacidad que tienen los seres humanos de ampliar su campo de percepción hasta el punto de poder aquilatar no sólo las apariencias externas sino la esencia de todo...Don Juan me había dicho que sin tristeza y añoranza uno no está completo, pues sin ellas no hay sobriedad, no hay gentileza. Decía que la sabiduría sin gentileza y el conocimiento sin sobriedad son inútiles..."C.C.0