Pedro Antonio de Alarcón. ?Y es que en EL FINAL DE NORMA no se dan a nadie malas noticias, ni se levantan falsos testimonios al almahumana!Salgan, por consiguiente, a luz nuevas ediciones de esta obrilla hasta que el público no quiera más; y pues que heconfesado mis culpas, absuélvanme, por Dios, los señores críticos y no me impongan mucha penitencia.