El ensayo que da título al libro se centra en las circunstancias que conectaron para siempre el nombre de Joseph Ignace Guillotin con el siniestro artefacto que, no obstante, ni inventó, ni construyó ni, afortunado de él, padeció. Podemos leer a continuación las impresiones de una visita a las misteriosas estatuas de la isla de Pascua, una divertida disquisición sobre la irreversibilidad de los procesos físicos que desencadenamos al poner en marcha una lavadora, una filosófica reflexión sobre las ventajas e inconvenientes de la inmortalidad mediante la congelación, un estudio de la homeopatía basado en las matemáticas... y así hasta cuarenta deliciosas escenas que rompen los viejos esquemas que distinguen entre «ciencias» y «letras».