El libro, pues, ofrece un cierto descargo a los niños de cariz humorístico y, desde luego, terapéutico, puesto que se personaliza en Quememeo la responsabilidad del entuerto por culpa de la cual los padres, a veces, regañan a sus hijos cuando, extrañamente, la cama se moja...
El álbum, aparte de unas ilustraciones enormemente tiernas, divertidas y sugerentes, cuenta con un póster-calendario adjunto para que los niños puedan controlar la evolución de su pipí, o, dicho de otra forma, de si Quememeo ha tenido la mala idea de hacerles una visita aquella noche o no...