Argumento de El Fabricante de Sombras
La inspectora jefe de policía, Lucía Méndez, no vivía su mejor momento. Aún resacosa de la noche anterior, la llamada del comisario la sacaba a tirones de la cama. Debía tomar el mando de la investigación de un asesinato. Buena manera de seguir celebrando los 47 tacos que aún no podía creer que le hubieran caído.
El crimen, cometido en un piso de la capital sevillana, dejaba una sola víctima y pocas pistas. Sin signos de lucha, con la puerta de entrada intacta, y dos naipes (el as de bastos y la sota de oros) sobre el cadáver de aquella ama de casa, Lucía intuye que lo peor aún está por llegar. Y para añadir más presión, los medios apostados en el escenario del crimen desde el primer momento. En breve tendría al periodista de sucesos, Martín Escalante, siguiendo sus pasos...
Naipes, números, azar y venganza son algunos de los elementos de la partida que una mente enferma ha decidido echarle a la ciudad.
Una novela escalofriante con la que el autor de esta obra nos enfrenta al serial killer que Sevilla jamás hubiera querido conocer.1