Argumento de El Exceso; la Fábrica
Bidones, hilos y chapas están apilados. Algunos están pintados, los colores son rojo, amarillo, azul y verde. Piezas y trozos, bidones, filos y chapas. Una no sabe, una no puede saber. Una los mira apasionadamente. Una es echada. Una se desplaza por sitios sin nombre, patios, rincones, hangares. En el café, antes de entrar, hay siempre esta música. Música y polvo, y el espejo de encima del mostrador. Una toma un café, mientras la música pasa y se va de allí. Una da el dinero, a continuación una entra en la fábrica. La fábrica es el lugar infinito. "Verdadera" muerte, no la hay. Todo está ahí, todo es imposible. Las cosas son y no son en el mismo momento, reales, irreales. Ningún discurso puede decir la fábrica. Son necesarias palabras suspendidas y discordantes, abiertas. La fábrica, una no puede acabar con ella mediante palabras, y las palabras que la escriben deben tener en cuenta eso, su límite.1