Argumento de El Estado como Rival de la Familia
Encuadernación: Rústica
Ortega y Gasset en su conocida obra La rebelión de las masas observa que "el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización" es el Estado, pues éste lleva consigo, por su propio dinamismo, "la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado". Y cuyo "resultado último -observa- es una desmoralización radical". Que históricamente existe una coincidencia entre el declinar de la familia y el auge y expansión del Estado es un hecho; y un hecho que no requiere de una gran investigación si se considera la pretensión del Estado moderno de cuidar de los ciudadanos "desde la cuna a la tumba", desplazando así a la familia de su rol social fundamental, el de ser la instancia primaria y básica de la solidaridad humana. Y, sin embargo, la cuestión decisiva no es esta, la cuestión decisiva es si el Estado puede actuar o no de otro modo al considerado por Ortega y Gasset, es decir, si el Estado no va a consistir necesariamente en una fuerza extractiva y desecadora de las fuentes de la vida, con su buroctarización de las formas sociales naturales. Porque de ser así nada bueno puede esperar la familia del Estado, ni siquiera cuando dice, e incluso quiere bienintencionadamente ayudarla.1