Argumento de El Espíritu Alquímico de Don Quijote.
Aquí se encontrará el camino que don Quijote, con paso humilde, inicia tras la mayor aventura jamás contada. Cuatrocientos años después aún podemos imaginar una nueva salida como escuderos fieles a la más disparatada idea que, de entre todas las posibles, decidió recorrer: la alquímica. Tal vez sea el momento de entrar en una alquimia quijotesca que va mucho más allá de fabricar oro artificial, y que despierta un vivo interés en muchas personas, como consecuencia de que la alquimia encarna ese modo integral de entender la Naturaleza y de conocerse a sí mismo. Os doy, pues, la bienvenida, al cautiverio de la lectura: quizá mejor, al único lugar donde la imaginación podrá llevarnos sin engaño más allá de lo posible: del corazón tenebroso de la Cueva de Montesino a la región de las esferas a lomos de Clavileño, para convertir los vicios en virtudes y ver diversas hermosuras que existen en el hombre. Os invito a que sepamos aceptarnos como discretos compañeros e iniciemos juntos este viaje imposible para sorprendernos con el espíritu alquímico que albergó don Quijote; y todo esto en un espacio donde el ser toma su cauce y que en Cervantes llaga a transformarse en protagonista y matriz del relato. Una obra esta donde lo fantástico y lo cotidiano se entremezclan, y el diálogo desempeña un papel fundamental en el ejercicio de la actividad alquímica: material y espiritual, para dialogar con sus pares y con la naturaleza, a la que interroga hasta encontrar en el laboratorio alquímico secreto del yo un yo nuevo, aquél en el que Sancho aprende de don Quijote, y éste de aquél en una unidad reintegrada del ser, pluralmente experimentado y sentido como discípulo y maestro.0