Una noche de 1908, un hombre de rasgos orientales entra furtivamente en un arsenal de Washington y coloca los explosivos que causarán la muerte de Arthur Langner, el ingeniero naval más respetado del país, mientras interpreta una pieza de piano. Una serie de pistas confunden a la policía, que dictamina que se trata de un suicidio. Sin embargo, Dorothy Langner, la joven y bella hija del ingeniero, no cree ni por un momento que su padre se quitara la vida y acude a la agencia de detectives Van Dorn para aclarar las circunstancias de su muerte.
Desde la primera entrevista, Isaac Bell, el detective más prestigioso de la firma, cree la versión de la joven, así que decide ayudarla y unir fuerzas hasta esclarecer qué pasó aquella noche.