Un espejo es algo mágico. Como un testigo de lo que vemos. Pero en ocasiones miramos a un espejo oblicuo que devuelve imágenes distorsionadas, torvas a veces, idealizadas otras, de las pasiones que alimentan la vida. ¿O son nuestros ojos los que distorsionan? Estos cuentos son como una mano sobre la piel, que puede arañar, causar dolor, hacer cosquillas o acariciar. Y están llenos de sentimientos y sensaciones. Porque de eso se trata, de sentir.