«Cuando buscamos en el espejo de la memoria el significado de ser latinoamericano vuelven a surgir nuestros antepasados, y las imágenes que suscitan crean profundos contrastes. La memoria oye las voces de los antiguos pueblos. Nuestra identidad es múltiple.»
Carlos Fuentes
Las culturas se fosilizan si están aisladas, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres, los hombres y mujeres de otra cultura, otro credo, otra raza. Si no reconocemos nuestra humanidad en los demás, nunca la reconoceremos en nosotros mismos.
De los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca de El Tajín a los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, el de la locura y el del asombro, un intercambio de reflejos culturales ha ido y venido de una a otra orilla del Atlántico a lo largo de más de quince años; este ensayo cuenta esa historia, la nuestra.