Verónica León es inspectora de Homicidios en Madrid. Desde hace un par de años tiene una relación algo tortuosa con el subinspector Roberto Vidal, que se separó de su mujer por esas fechas. Mientras mantienen uno de estos encuentros ocasionales, les informan de que un anciano ha sido asesinado. Al llegar allí, la actitud de la viuda dirige sus sospechas hacia ella, aunque encuentran ciertos elementos que no acaban de encajar. Una segunda víctima aparece al día siguiente: una mujer entrada en edad que ha sido colgada de su ventana mediante una cuerda atada a su cuello haciéndolo pasar por suicidio.
Aunque aparentemente no parece haber ninguna relación con la primera víctima, encuentran detalles que les hacen pensar que los dos crímenes están relacionados. Con la ayuda de Daniel Harmon, un analista de conducta que viene para asesorarles, se introducen en una carrera contrarreloj en la cual tanto las vidas de otras posibles víctimas como las de ellos mismos se encuentran en peligro.
Héctor Izquierdo nos ofrece aquí una historia clásica policiaca, ambientada en Madrid, donde dibuja un paralelismo inquietante y macabro entre la muerte y el mundo del espectáculo, además de perfilar unos personajes que se verán envueltos en un particular tour de forcé en la que todos se juegan demasiado a nivel profesional y personal.