Para estimular el comercio marítimo Saliadén, rey de Barana, encarga a Herómaso y sus navegantes que cartografíen toda la costa del Reino de las Mujeres. Con ellos envía al escriba Arbades, con la misión de aprovechar el viaje para buscar información sobre los antiguos matriarcados. La rebelión apoyada por el Reino del Norte precipitará el retorno de la reina Tansea y sus consejeras a Benar-Zala.