Cuando me siento feliz tengo miedo. Cuando sufro tengo miedo. Cuando no siento nada y no tengo miedo de nada, sé con certeza que he perdido el equilibrio.
El universo de Sofia tiene asombrosas semejanzas con el mundo submarino que su padre estudia y filma con temeridad. Las personas que se cruzan en su vida son tan fascinantes e impredecibles como los tiburones: pueden atacar y herir inesperadamente, sobre todo si perciben el miedo.
Caterina Bonvicini ha deslumbrado al público y a la crítica con el retrato de una mujer que lucha por sobrevivir dentro del complejo ecosistema amoroso. Guiados por su luminosa voz nos sumergimos en los abismos interiores de Sofía, que se parecen inquietantemente a los de todos nosotros.
El equilibrio de los tiburones explora con increíble agudeza psicológica la fragilidad de las relaciones y el difícil arte del equilibrio.