Argumento de El Empleo de la Acupuntura en la Anestesia Animal
"La medicina, la veterinaria y todas aquellas ciencias cuyo fin es la salud y el bienestar de sus pacientes son ciencias sometidas a cambios constantes, debidos a la investigación y a la experiencia de los que las practican. Desde principios del mundo, tanto los seres humanos, como mucho antes los animales, han sufrido dolores que les han alterado su vida, llegando incluso a ponerla en riesgo. Cuando el hombre hizo acto de presencia en la tierra se obsesionó con atajar ese mal por cualquier medio o remedio ingeniado; y de este modo, ensayo tras ensayo, dio con varios remedios, que le han proporcionado el alivio buscado. Tiempo más tarde, el hombre se percató de que ese dolor no era de por sí un mal, sino un aviso, una señal que su propio organismo le hacía como síntoma de que algo no funcionaba bien, dándole tiempo a indagar sobre cuál era la causa de ese síntoma, molesto pero necesario, que es el dolor. De este modo descubrió las patologías. El afán curioso, o si preferimos investigador, del hombre le hizo considerar necesario atajar ese dolor antes de intentar cualquier intervención quirúrgica que le llevase a terminar con la patología, cayendo en una especie de espiral antiálgica. Según el Diccionario de las Ciencias Médicas, anestesia es «la abolición de la sensibilidad». El término se aplica para indicar la pérdida de la sensibilidad al dolor, lo cual se consigue mediante la farmacopea tradicional occidental. El término anestesia, como está definido, fue aplicado por primera vez por Oliver Wendell Holmes, en una carta escrita a su amigo Morton. Sin embargo, en Grecia, Platón ya la mencionó como sinónimo de «insensibilidad» y Discórides (en el siglo I) la usa para agrupar todas las ausencias de sensaciones físicas. El primer dato escrito que hace referencia a la anestesia animal se encuentra en la Eneida de Virgilio, cuando el can que guarda la puerta del reino de Hades, Cerbero, es drogado para permitir la entrada. En esta obra se compara una técnica milenaria que ha sufrido mínimos cambios y que implican mínimos cuidados, con las técnicas anestésicas occidentales que involucran desde los controles preoperatorios de alergias e incompatibilidades, hasta las atenciones postoperatorias, pasando por los registros de alteraciones metabólicas, de constantes fisiológicas y vigilancias durante la intervención, sin olvidar los riesgos que conllevan las sobredosis y las infradosis. El enfoque del libro es poner de manifiesto el dolor y su control, sin menosprecio alguno de las técnicas conocidas, como objetivo final para el bienestar y la salud de los pacientes, conforme al lema que rige la profesión veterinaria higia pecoris, salus populis. "0