Luego de treinta años de matrimonio, Boris descubre que no soporta más a su mujer y decide separarse. Quiere volver a fumar, salir con amigos, atragantarse con grasas sin la censura gavilana de su esposa, masturbarse con la puerta abierta y dormir hasta el mediodía sin que nadie lo despierte para ir a comer.Sin embargo, desde el momento en que deja su casa, algo raro le empieza a pasar. Escucha la voz de su ex mujer en su cabeza, siente culpa y se hunde en un insomnio progresivo y misterioso que parece no tener explicación. Prueba todo lo que tiene a mano para poder volver a dormir: prostitutas bien dispuestas, whisky y somníferos, una secretaria desesperada por conquistarlo, partidos de fútbol con amigos decadentes, boliches sórdidos de solos y solas, maratones de televisión por cable, pero nada resulta y siempre termina hundido en la insoportable soledad que lo empuja a vivir en ese pasado quieto, que a veces detesta y a veces añora.