Argumento de El Dorado en el Pantano
La búsqueda de oro y de El Dorado obsesionó a los conquistadores desde principios del siglo xvi, empujándolos a surcar los Andes y a explorar las ignotas y selvosas regiones orientales, en unas expediciones a menudo desastrosas y siempre decepcionantes; un El Dorado que, en su elusividad, se desplazaba más allá de la línea del horizonte conforme avanzaban los exploradores. La tierra de los Mojos, en la cuenca alta amazónica, anegada durante muchos meses del año, fue la meta última, tardía, de estas exploraciones. Una tierra misteriosa que, según la leyenda, estaba habitada por gentes ricas en oro y metales preciosos. Pero los españoles sólo encontraron allí como se cuenta en estas páginas apasionantes, un pantano desmesurado, habitado por gentes pobres, dispersas, poco numerosas y, por tanto, poco aptas para la explotación laboral. Pero sí se capturaron almas, amaestradas por los jesuitas en toda una red de misiones que, en cuanto a población y orden, sólo fueron a la zaga a las de Paraguay.0Introducción.-Nota.-I. Una pepita de oro mayor que un lechón; el tesoro de Atahualpa enriqueció a sesenta y cuatro jinetes, a ciento treinta y ocho infantes y al rey de España; el Dorado, cacique vanidoso y espolvoreado con oro, se baña en el lago; historias de amazonas y de un artillero griego.-II. Al pie de los Andes, el terreno permanece anegado cinco meses al año. Los habitantes del gran pantano, mansos, ingeniosos y adaptables. Tres hombres hacen un censo en barca. Tierra y agua en cantidad, pero ni oro ni plata ni piedras preciosas.-III. El mito del Paititi, o padre-tigre, y las misteriosas migraciones incas tras los Andes. Un mestizo rico y noble, acompañado de catorce hombres, a la conquista de media América. El Dorado hunde sus raíces en los pantanos de los mojos. Los ciudadanos de Santa Cruz once calles sin orden, a la captura de esclavos.-IV. Terminada la captura de hombres, comienza la de almas. Un capellán enfermero y un misionero lingüista. Hachas, cuñas y cuchillos a cambio de obediencia. Catedrales de barro y madera con tres naves.-V. Los buenos de los padres, frente a las libres costumbres de los mojos. Un jergón, dos gansos y dos husos, dote de la novia. Los indios y las enfermedades: ¿estoicos o sanos? portugueses y españoles en guerra en los confines del pantano. 1768, la triste expulsión de los padres: parten veinticuatro, llegan catorce.-Epílogo.-Notas.-Cronología.-Glosario.-Apéndice.-Fuentes de las ilustraciones.-Índice de nombres.