Algunos tienden a ver el lado negro de las cosas; toda compassion por sí mismos les parece poca. Otros saben sonreír a los acontecimientos, son capaces de sacar optimismo del infortunio.
Los primeros viven siempre bajo un cielo sombrío que presagia tormenta; los segundos saben descubrir el brillo de las estrellas aun a través de los nubarrones más negros. Hay quien lucha con denuedo por engrandecerse, adquirir poder y riqueza. Y hay quien se propone dejar a su paso un mundo mejor del que se encontró al llegar. Para unos, la nieve es una tumba fría en la que se sepultan las más bellas ilusiones, donde se congelan los más caros sueños. Para otros es una pista tersa por la que pueden deslizarse sin tropiezos, mientras gozan de su sedante blancura.
Estas son algunas palabras de Og Mandino y Buddy Kaye, quienes conjuntan en esta obra el humanismo y la inspiración poético-musical para recordar a sus lectores el valor de la confianza en sí mismos y de la fe en los demás. El don de la estrella palpita en nuestro interior. Todos podemos ver brillar la luz en medio de la tormenta. Todos somos capaces de enriquecer el patrimonio del género humano.