Esta obra explora el testimonio bíblico del ?Dios que está?, el Dios que acompaña y nunca abandona. Es una lectura del Antiguo Testamento donde se testifica del hambre y se deja entrever la dirección donde se encuentra el pan. No sacia, sino que anuncia el tiempo en que el dolor será curado, el espacio final en el que toda mancha, por oscura que sea, será purificada. Un Dios que aun en las peores circunstancias está con su pueblo y lo desafía a ser constructor de un mundo con justicia y equidad. Estas páginas nos ayudarán a sumergirnos en el mundo del Antiguo Testamento y descubrir un espacio fascinante, colmado de preguntas y desafíos, de palabras antiguas que resuenan como nuevas, y en el que arde una llama que las muchas aguas no pueden apagar.