No hay laberinto más intrincado que el corazón de un hombre.
Giotto, no el famoso pintor italiano sino un hábil dibujante de sombras, es tomado como aprendiz por Johann Kaspar Lavater, un pastor protestante del siglo XVIII. El joven da muestras de su talento para revelar, con trazos, la personalidad del rostro que dibuja. Esto se convierte en la obsesión de su protector, quien tratará de evitar que su ayudante se desvíe del camino de la pureza.
Muy pronto, el muchacho descubre que adentrarse en los laberintos del deseo y de la carne puede condenarlo. Sin embargo, nadie es capaz de resistir la belleza y, menos, cuando ésta se presenta por partida doble. Poco a poco, Giotto de Winthertur se va sumergiendo en un claroscuro que lo llevará a descubrir la culpa y el dolor, pero también el éxtasis y el delirio. Kaspar Lavater no podrá impedirlo.