En nuestro tiempo hay una gran abundancia de literatura sobre niños, que suele tratar de cómo se piensa que podrían o deberían ser. Menos abundante es la producción que deja que los niños se expresen con hechos y comportamientos, tal como son. El dado del amor pertenece a este segundo tipo, y su objetividad le da un valor añadido.
Destacamos ante todo que se trata de niños de todo el mundo, de ambientes muy diferentes y pertenecientes también a distintas religiones. Lo cual nos hace pensar que los elementos comunes que se dan en ellos no son hechos esporádicos, sino que indican aspectos connaturales a los niños.
Este libro no sólo describe cómo pueden comportarse los niños, sino que lleva a preguntarse quiénes son los niños, una cuestión que todo adulto debería plantearse con respeto y conmoción ante el misterio de la persona humana tal como se presenta en la primera etapa de la vida: la infancia.