En "El Culpable Voluntario" de Osiris Madera asistimos a una manifestación artística que se plastifica en un planteamiento filosófico. El discurso de la filosofía que se resquebrajó mientras avanzaba el siglo XIX y después de Hegel, se esconde nuevamente en la poesía bajo la visión del poeta contemporáneo, como lo hizo tantas veces a lo largo del siglo XX tanto en Europa como en América. Las frases centelleantes que fueron en el siglo XIX premonición de guerras y relámpago anunciador de tormenta necesitan sin duda de una determinación, definición o precisión de términos implicados. "Dios ha muerto" y "la filosofía ha muerto", han sido frases acuñadas con la intención confesa de sacudir espíritus esclerotizados y esterilizados por una forma de vida que se lanza amenazadora y destructiva por sobre una humanidad que se objetiva, a lo largo de dos siglos (mientras los deseos humanos parecen enquistarse latentes en los fondos prediscursivos de hombres y de cosas).