La raíz de lo fantástico encuentra su base en las relaciones que surgen en el acto de la lectura entre el referente literario y el referente pragmático. Y sólo por estas relaciones podemos explicarnos el conflicto (tantas veces tratado por los estudiosos de lo fantástico) de que lo fantástico dependa en cierta medida del ámbito social en el que se desarrolla. Y que aquello que fue considerado como fantástico en una determinada época deje de serlo en otra debido a la evolución de las creencias o al desarrollo científico. Gran parte de la confusión suscitada en torno a la literatura fantástica tiene como sustento un hecho innegable: la literatura fantástica tiene un desarrollo inusitado desde finales del siglo XVIII, su ascensión e importancia corre paralela al desarrollo del romanticismo (tanto del europeo como del americano), pervive, cuando este movimiento muere, en otros que lo suceden (simbolismo, parnasianismo, modernismo, surrealismo, etc.); finalmente, si su origen es europeo, su renovación en el siglo XX corre a cargo de la literatura hispanoamericana ? y muy especialmente de la literatura argentina con Borges y Cortázar a la cabeza ?. Así Arturo García Ramos analiza en este estudio las formas de causalidad siempre sorprendentes que se dan en las narraciones fantásticas de Lugones o Quiroga hasta Cortázar, Borges o Bioy, que pasan por la ruptura del sistema de creencias monolítico que caracterizaba el siglo XIX, y exige que todos estos autores se forjen una cosmogonía propia, a veces en cada cuento.