El cruce de lo visible es pues una magnífica introducción a las posibles aplicaciones de la fenomenología, constituyendo igualmente un paso más hacia lo que será el núcleo mismo del pensamiento de J.-L. Marion: la fenomenología de la donación. Es por ello especialmente importante el segundo estudio, que anticipa ya ciertos análisis que se encontrarán en obras posteriores como Etant donné (1997) y De surcroît (2001).
El cruce de lo visible nos ofrece, en definitiva, el testimonio de uno de los pensadores actuales que más ha respetado y renovado la herencia de la fenomenología, desde Husserl a Michel Henry, pasando por Heidegger y Levinas especialmente.