En 1973, un matrimonio que reside en Albarracín (Teruel) se traslada a Torrevieja (Alicante) para comprar una casa en una urbanización que se estaba construyendo cerca de una laguna. El matrimonio tiene dos hijos, una pareja. Adolfo, el hijo varón y protagonista de esta historia, es un gran aficionado a las manualidades. Siendo todavía un niño, queda maravillado al ver un barco de sal. Con los años se hace un gran artesano y crea un Cristo de Sal para regalárselo a su madre. Al mismo tiempo que pasaba de la niñez a la adolescencia, surge entre él y una joven que veraneaba en la misma urbanización, una bella y sensible historia de amor. Es una novela de misterio, compañerismo, amor y promesas, donde el Cristo de sal marcará la vida del protagonista.