Esta es una historia de amor. O quizás sea más exacto decir que son muchas historias de amor. A una tierra. A las personas, de manera especial a las más vulnerables. Al evangelio. A la voz de Dios que, muy dentro, seduce e invita a ponerse en camino. En esta historia se entrelazan muchos relatos y distintas vidas. Héroes cotidianos, con una fragilidad que se vuelve fuerte. A través de estas páginas se descubre a gente como Kike, Denise, Sister Ath, Richie, Totet, Wen y otros hombres y mujeres cuyas vidas, cuya amistad y cuya pasión se vuelve contagiosa. Kike Figaredo, conocido en todo el mundo como «el obispo de las sillas de ruedas», ha dedicado su vida a acompañar al pueblo camboyano. Desde su primer destino como jesuita, en los campos de refugiados en Tailandia, hasta su labor como prefecto apostólico en Battambang, pasando por Banteay Prieb, «la casa de la paloma blanca». Hay vidas que cantan y bailan. Aunque tengan las alas rotas. Eso es lo que Kike ha descubierto, y lo que comparte en su misión cotidiana. Su itinerario se convierte, en este libro, en un mapa para tratar de entender nuestras propias vidas. Porque estas páginas también hablan de nosotros. Como personas, compartimos sueños, flaquezas, ilusión, o la determinación de encontrar nuestro lugar en el mundo. Y así, estas vidas tan cercanas y tan lejanas a un tiempo, se convierten en espejo y escuela para quien se adentra en ellas.