El conde francés Jean-Luc Toussaint jamás había visto tal belleza en una mujer. La fogosa interpretación de la delicada pianista lo hipnotizó por completo y deseó saborear en primera persona esa pasión. Completamente enamorada del conde, Abigail Summers pensó ingenuamente que podría tener un futuro a su lado. Tras una noche de amor, descubrió que estaba embarazada... y sola. Todo cambió cuando el francés leyó los titulares de los periódicos y regresó a su lado para reclamar lo que era suyo...