«¿Cuál es la magnitud crítica que conduce al abuso? La respuesta no es muy difícil. Es todo aquel volumen de poder que confiere inmunidad frente a la represalia. [...] lo que podríamos llamar la teoría del poder de la miseria social.»
El colapso de las naciones es un ensayo en forma de sátira que reivindica para nuestros días la «idea de la proporción»: una propuesta humilde. Su incorrección política denuncia el culto al tamaño como la patología esencial del siglo XX. Y lo hace con un estilo cáustico que, por momentos, nos recuerda a la ironía de Swift o la lírica de Safo.
Hoy más de medio siglo después de su primera publicación en 1957, revisitamos los escenarios nacionales para confirmar que los abusos que Leopold Kohr describió continúan impunes. El autor plantea que para revertir esta dinámica es necesario el desmembramiento de los vastos complejos nacionales y que los Estados nación renuncien a su hegemonía. Aunque la propuesta parezca ingenua, en el mundo contemporáneo solo las grandes potencias poseen la dimensión que permite extender la miseria social que intentamos prevenir.
Su crítica anticipó los límites de la lógica de bloques tanto dentro como fuera de la eurozona, y reinterpretó el colapso global como una crisis indefectible de la magnitud crítica. En pleno siglo XXI, con el mantra de la unificación salvapatrias de regreso, su vigencia es innegable. Como dijo Gulliver durante uno de sus viajes: «La razón no aumenta con el tamaño del cuerpo».