La expedición parte con sus suministros de lobos, trineos, unicornios y demás enseres a prueba del frío más extremo, pero, una vez que el barco llega a su destino, Stella y otros tres jóvenes Ethan, Shay y Habichuela quedan separados del resto de la tripulación. Solos en el páramo helado, deberán aguzar su ingenio y explotar sus habilidades para afrontar con éxito los peligros que esconde el hielo. Tras encontrarse cara a cara con hadas, reinas de las nieves, forajidos y repollos carnívoros, por fin podrán acreditar que ya son consumados exploradores.