Con el objetivo de demostrar que la motivación es el motor de la vida, el científico ha decidido escribir un libro que huya del consejo y la frase fácil, y ha optado por compartir experiencias muy íntimas con el lector que pueden ser útiles para la sociedad.
No es un libro de autoayuda. Ni una declaración de intenciones para construir un mundo ideal. Son las reflexiones y los consejos de un médico, un científico y un observador de la vida al cumplir setenta años. Es una defensa a la necesidad de cambiar pesimismo y negativismo por optimismo y positivismo: hay que pensar en positivo en todo momento, sabiendo que la superación de la crisis pasa necesariamente por el grano de arena de cada uno en su día a día.