Argumento de El Circo de los Saltimbanquis
Leer este libro es tener la suerte y el privilegio de charlar con "Lluiset", de Rosario a Vladivostok, porqué es un texto en el que se le oye hablar reflexivamente, como siempre lo hace, pleno de sabiduría y de un grandisimo sentido del humor, tierno, humano y provocativo.
Conocíamos a Luis Raluy como un gran atleta circense en barra fija, como un profundo matemático en números primos y espejismos, como un entrañable payaso carablanca rodeado de niños y mayores, como un admirable y heroico director, junto con su familia, del extraordinario Circo-Museo Raluy; pero lo que no sabíamos es que escribe magistralmente.1