Lo que Sophie no imaginaba es que acabaría viendo a Luke fuera de la cafetería, que sería él quien le recetaría los anticonceptivos mientras ella estaba en su consulta, tumbada en una camilla cubierta por una simple bata de papel y que él sería su médico.
¿Y si resulta que el hombre con el que Sophie ha tenido sus fantasías más escandalosas acabara siendo cualquier cosa menos el chico equivocado?