Miembros del club de aficionados del Hajduk, bestias humanas, combatientes decepcionados y enanos que, como en un proyecto de estado secreto, eliminan las minas y transforman los rincones olvidados de Eslavonia en un paraíso turístico. Todos estos reyes menores de coronas oxidadas tienen el mérito de hacer que la excursión hacia el frágil castillo aéreo de la prosa de Malko se convierta en un viaje del que no queremos (ni podemos) volver.
La narrativa de Zoran Malko evoca a los espíritus de Babel, Dostoiesvki, Marinkovic, Bukowski. pero el tono de estos cuentos pertenecen sólo al autor y a los lectores.
Brutal, atroz, pero extrañamente bello, situado al margen de cualquier moda o tendencia, de una sinceridad que hiere.