Fabiano y Martina han sido secuestrados, despiertan lentamente y se dan cuenta que están en una cabaña abandonada. Poco a poco van juntando fuerzas para huir y lo consiguen. Así, los chicos llegarán ya de noche a la carretera que conduce hasta Zaragoza, la salvación, pero en lugar de acudir a la policía o a sus propias familias, deciden ocultarse en la casa de un amigo.