La atención se centra en particular en la aparición y el desarrollo de un mercado mundial unificado y en la división internacional del trabajo que lo acompaña. Wallerstein afirma convincentemente, en contra de buena parte de la corriente de opinión contemporánea, que el capitalismo ha provocado una pauperización real, y no solo relativa, de los países del Tercer Mundo. Los problemas económicos y sociales de los países subdesarrollados seguirán sin resolverse mientras permanezcan situados en un contexto de capitalismo mundial.
El capitalismo histórico es una síntesis oportuna y estimulante de una de las valoraciones más provocativas y sugestivas del capitalismo como modo de producción en la historia mundial.