Argumento de El Camino de la Oruga
«El secreto para una vida indulgente tal vez esté en que uno ignore algunas cosas. El espejo enmohecido o dando la espalda, mostrando su azogue desconchado. Los padres obligados a la farsa, una pareja de funámbulos sobre la cuerda del orden, unos encantadores que esconden el truco y guardan el conejo sucio en la chistera. De eso se trata.» Como un telón abierto que deja al descubierto su realidad más callada, este libro de relatos explora la parte oscura de unos personajes retratados donde nadie los ve, allí donde la mirada común no alcanza y el pudor suele aconsejar detenerse. La trama de estas narraciones está centrada en el dominio de lo íntimo, no sólo porque algunos seres solitarios deambulen por sus ficciones, sino porque en ellos late con fuerza una secreta verdad construida a partir de pequeñas epifanías. Javier Mije, en este su primer libro, escarba, con decidido afán y virtuosismo, en los cimientos que sostienen la arquitectura más recóndita de nuestra condición.1