Nuestros ancestros vivían en consonancia con los ritmos del día, de las
estaciones y de los años por cuestión de necesidad. La vida moderna pasa por
alto estos ciclos poniendo en peligro la salud y la felicidad de las mujeres.
Son millones las mujeres que siempre intentan hacerlo todo, todo el tiempo, y
terminan sintiéndose agotadas y sin una pizca de energía.