El Calendario egipcio forma parte de una larga investigación sobre los calendarios de la antigüedad, cuyo primer fruto fue la publicación de un pequeño ensayo de divulgación general, Calendarios y medidas del tiempo. Esta investigación parte de la idea de que los calendarios -y el estudio de los astros que implican- jugaron un papel fundamental en la vertebración de las civilizaciones de la antigüedad y en el desarrollo de sus artes y ciencias. Por ello, su estudio y análisis facilita y propicia una amplia panorámica sobre estas civilizaciones y la constitución de un Atlas memorístico (a imagen del Mnemosyne-Atlas de Aby Warburg) que pretende reflejar la esencia de cada una de ellas. En el caso de este Calendario egipcio el análisis es sobre todo deudor, evidentemente, de los numerosos y fascinantes trabajos de los egiptólogos, especialmente de aquellos que, de manera más o menos sistemática, se ocupan de este o aquel aspecto del calendario. Aunque en ocasiones el tema se hace complejo y no permite una lectura distraída, se ha intentado en todo momento presentarlo de manera clara y amena, como si se tratase de un juego.