Asuntos como el «trabajador huésped», el «efecto llamada», el «contrato de integración» y el «síndrome de Ulises», son examinados rigurosamente. Al indagar si somos una sociedad racista, el autor plantea una redefinición del racismo en la inquietante actualidad europea. Valiéndose de un lenguaje certero y de conceptos como «sociedades-desalentadoras» y «sociedades-puerto», Sequén-Mónchez rebate las posiciones de Samuel Huntington y George Borjas, refutando que los inmigrantes deseen únicamente mejores salarios y la defraudación del Estado de Bienestar. Por el contrario, otorga a su salida un carácter político. Es la decisión individual entre la violencia de sus entornos y la experiencia de la libertad.