Nicholas Parrish no tenía intención de casarse y menos con Pru, pese a que sea encantadora, agradable, e incluso podría considerársela guapa (pasando por alto el castaño claro de su cabello y sus espantosas gafas). Además es una concienzuda empleada de El gabinete de las damas de moda, la revista que Nicholas y su hermana dirigen desde casa. Pero cuando una noche Pru se queda dormida sobre su escritorio en la casa de Nicholas, el padre de esta exige una reparación. Nicholas, como es un caballero, conviene en hacer lo correcto. Y aunque jamás se le hubiese ocurrido unirse a Prudence, debe admitir que empieza a descubrir en ella un lado enigmático y sugerente que lo atrae.