HUELE A SANGRE
Me despertó el hedor metálico de la sangre. Cuando bajé las escaleras, encontré a mi madre en el suelo, muerta, con un tajo de oreja a oreja y el camisón manchado de un intenso color rojo.
NO RECUERDO NADA
Mi nombre es Yu Jin y, para controlar los ataques de epilepsia, debo tomar la medicación cada día. La enfermedad interrumpió mi fulgurante carrera como nadador olímpico. Las pastillas me provocan insufribles dolores, así que decidí saltarme algunas tomas. Anoche sufrí un colapso de los que me nublan la memoria y ahora no recuerdo nada: ¿quién ha matado a mi madre? ¿Por qué creo que la oí gritando mi nombre? ¿Me pedía auxilio o imploraba clemencia?
DEBO HALLAR EL ORIGEN DEL MAL
El buen hijo es un thriller demencial y obsesivo, de una agudeza psicológica excepcional, escrito en un ritmo eléctrico y jadeante.
La crítica ha dicho...
«Sin duda, comparable a Stephen King.»
Die Zeit
«Un thriller original y laberíntico, impregnado de una locura que va creciendo como la marea. Un libro provocador y a la vez profundo, repleto de detalles humanos y amenazantes. Deleitará a los lectores de Jo Nesbø y Patricia Highsmith.»
A. J. Finn, autor de La mujer en la ventana
«Saludemos a los herederos de los nórdicos: en Corea han reinventado el thriller.»
TheGuardian
«Si los comparamos con la madre y el hijo que protagonizan esta novela, los habitantes del motel Bates parecen de lo más normal.»
TheDailyTelegraph
«Apabullante... Un thriller improbable en el que, gracias al dominio de la prosa de la señora Jeong, seguimos pasando páginas con fascinación enfermiza. Toda una demostración de habilidad narrativa y control sobre la trama, hasta la última y amarga página.»
The Wall StreetJournal
«Sorprenderá incluso a los lectores más avezados del género.»
CrimeReads
«Jeong sabe incrementar la tensión con mano experta en una historia perturbadoramente elaborada.»
TheGuardian
«Una historia dramática sobre las relaciones madre-hijo que lentamente te encogerá el corazón... hasta partírtelo.»
EntertainmentWeekly
«Jeong logra maniatar a los lectores con un cable de alta tensión [...] Una historia truculenta, insidiosa, sutil en la que nada es lo que parece.»
Kirkus