Argumento de El Bello Oficio de Hacerse Viejo
Fue una generación precoz, que asumió el gobierno muy joven. Lucharon contra la dictadura y de golpe les sobrevino la responsabilidad de ser libres; demasiada responsabilidad, demasiado mando tal vez para la edad que tenían. Pero con ello llegó también el éxito, que no esperaban, un triunfo del que aún ahora desconfían, son inconscientes. Abordan la década de los 60 sin haberse dado cuenta: la mayoría cansados, algunos escépticos, otros saturados e incluso irónicos: la ironía que gasta el que ya nada tiene que perder. Algunos de estos personajes anuncian que se retiran, para administrar el tiempo que les queda del modo que su corazón y su curiosidad les indiquen; se van como quien causa baja en un servicio público. José Bono, Lluís Llach, Iñaki Gabilondo, Albert Boadella, Adolfo Domínguez, Víctor Ullate y Juan Diego: siete personajes con una vida marcada por el éxito (no gratuito), reflexionan en voz alta sobre la etapa vital que estrenan (para algunos es la madurez, para otros, la vejez, sin epítetos), sobre el paso y la finitud del tiempo, el vértigo de lo vivido, los motivos de su "suerte" y la inexorable proximidad del fin.1