Su legendario origen, muy anterior a la tradición bíblica, se diluye en la bruma del tiempo. Su verdadero nombre es desconocido: Demonio, Satán, Ahriman, Baal, Lucifer, Belcebú, El Ángel Caído, El Maligno y tantos otros no son más que inútiles tentativas humanas de nombrar al Innombrable. Su apariencia, igualmente múltiple y escurridiza. Odiado por muchos, y venerado por algunos como ángel rebelde contra la tiranía divina, su historia es la de la humanidad, pues forma parte esencial del inconsciente colectivo.