Argumento de El Banco Bajo el árbol
Luciano, septuagenario y retirado de la dedicación a su empresa de construcción y otros negocios; viudo y con su único hijo muerto en extrañas circunstancias, vive en una monótona y triste soledad, con la única esperanza de encontrar a su nieta.
Tras muchos años de búsqueda infructuosa, la ultima opción que le queda, es esperar que Dorothy, su nieta, cumpliera la repetida promesa que le hizo a su abuelo, en San Antonio, Texas, cuando era una niña de nueve años, de que se encontraría con él, en el banco, bajo el árbol, de una plaza de Madrid, en que sus abuelos se conocieron en una espléndida mañana del mes de abril de mil novecientos setenta y dos. Por eso Luciano espera cada mañana, sentado en el banco bajo el frondoso negrillo, con la esperanza de que un día aparezca.
En el mismo banco conoce a Javi, un joven con mentalidad influenciada por los comportamientos descomprometidos y desinhibidos de sus compañeros de universidad, que había tenido un accidente de moto, y que visitaba cada mañana una clínica, sita en la misma plaza. Traba amistad con el muchacho y, a través de él, se reencuentra con sus padres, antiguos empleados suyos. Los padres y la hermana de Javi, forman una familia bien estructurada, feliz y con una ejemplar convivencia entre todos sus miembros.
Luciano, y esta familia, viven una existencia de absoluta normalidad, como la de cualquier persona que transita por la calle, sin grandes problemas ni relieve pero, poco a poco, se ven envueltos en una espiral de sucesos, en la que se entretejen toda suerte de acontecimientos.
A lo largo de la novela, se van mezclando y sucediendo situaciones personales, que transcurren bajo el prisma del humor y de la amenidad, al tiempo que se van entrelazando con una enmarañada urdimbre de organizaciones criminales, en las que los asesinatos, miedos, intrigas, sospechas, persecuciones y situaciones inesperadas, captarán el interés del lector, que se sentirá atrapado por lo que pueda suceder en el capítulo siguiente, llegando al final con el convencimiento de que ha merecido la pena el tiempo dedicado a su lectura.0