¿Existen las amistades eternas? ¿O hay cosas que no perdonarías ni a tu mejor amigo? Teresa y Sara esperan a Andreu en el restaurante de siempre. Pero esta vez no están muy seguras de que aparezca. Es una espera larga e inquietante. Desde hace años, los tres amigos quedan, una vez al mes, para compartir unos momentos robados al tiempo alrededor de una mesa y reavivar esa amistad que ha perdurado desde la infancia a través de unos lazos sólidos, que han desafiado todo y a todos. Pero ahora, en plena madurez vital, después de los amores y los desamores, de los hijos, de la muerte de algunos seres queridos y de todo aquello que la vida les ha ido ofreciendo, ha ocurrido algo que ha desestabilizado todo y que ha puesto en peligro su amistad. Un árbol, el Árbol de Judas, acabará por convertirse en el cuarto protagonista de esta novela. Una novela que habla de aquellos sentimientos esenciales en nuestra vida: el amor, la amistad y la particular relación entre padres e hijos. «En su obra literaria hay un marcado interés por el análisis de los sentimientos humanos». Rosa María Piñol, La Vanguardia