Este libro singular se ocupa de una importante «cuestión previa»: del asunto «revolucionario» de cómo se aprende a aprender, esto es, del aprendizaje verdadero y no de la enseñanza. El libro suministra elementos de reflexión para que el lector pueda crear ese «espacio interior» que es condición previa del pensamiento auténtico. Aunque ha nacido del trato con los problemas de los estudiantes de Derecho y está orientado en principio a ellos, resulta fecundo y productivo para cualquier estudiante, y en especial para los que se ocupan de las ciencias humanas y sociales. Es, además, un libro divertido. Con una punta de provocación.